Descripción
Origen
El Aloe Vera, conocido científicamente como Aloe barbadensis miller, es una planta suculenta originaria del Medio Oriente. Sin embargo, está ampliamente distribuida en muchas regiones del mundo y ha sido cultivada durante siglos debido a sus diversos usos.
Crecimiento, Apariencia y Características
Es una planta perenne con hojas carnosas y lanceoladas que crecen en roseta. Las hojas pueden alcanzar una longitud de hasta 60 cm y varían en color desde verde hasta verde grisáceo. Los márgenes de las hojas están bordeados de pequeñas espinas. En plantas más antiguas, pueden formarse flores amarillas o naranjas en racimos en forma de campana en los tallos florales.
Cultivo y Cuidado
Crece mejor en suelos secos y arenosos y en lugares soleados. Sin embargo, la planta también tolera condiciones ligeramente sombreadas. Requiere solo riego ocasional y se debe regar con moderación, especialmente durante el período de dormancia en invierno, para evitar la pudrición de las raíces. Es una planta de fácil cuidado que solo necesita trasplantes ocasionales y la eliminación ocasional de hojas marchitas.
Uso
Es conocido por sus diversas aplicaciones medicinales. El gel de las hojas de la planta se aplica comúnmente externamente para aliviar irritaciones cutáneas, tratar quemaduras y promover la cicatrización de heridas. También se utiliza para tratar quemaduras solares, picaduras de insectos y erupciones cutáneas. Además, se utiliza en varios productos para el cuidado de la piel como cremas, lociones y ungüentos.
Momento de la Cosecha
Las hojas se pueden cosechar según sea necesario. Las primeras hojas se pueden cosechar aproximadamente de 6 a 12 meses después de la siembra una vez que la planta ha crecido lo suficiente. La cosecha se realiza cortando las hojas exteriores cerca de la base de la planta. Es importante cosechar solo las hojas necesarias para mantener la planta saludable.
Polinización
Produce flores que suelen ser visitadas por polinizadores como abejas, abejorros y mariposas. La polinización ocurre a través de la transferencia de polen desde los estambres hasta los pistilos de las flores. Sin embargo, la planta también es capaz de propagarse vegetativamente a través de brotes laterales y vástagos, lo que significa que no depende necesariamente de los polinizadores para reproducirse.
